LAPSUS LINGUAE O ESTUPIDEZ
En los años 70, cuando el vallenato tomaba fuerza, abriéndose paso entre rancheras, baladas, salsas y merengues, los intérpretes de éste género en ese momento, con una inteligencia innata, espontáneamente expresaban un mensaje como dirían mis abuelos a rajatablas, dirigidos a un público poco exigente compuesto por campesinos, trabajadores materiales y todo tipo de gente del común, sin distingo de raza, religión, sexo o edad, que para alegrar la vida escuchábamos y tarareábamos lo que fuera sin detenernos a formular alguna crítica… en fin, no era necesario, cualquiera que se atreviera a pararse frente a un público era un verraco dijera lo que dijera. Así sin importar pulir las palabras o cometiendo cualquier lapsus linguae, todo era aplaudible aunque en ocasiones modificaran el verdadero sentimiento del compositor… Era yo un niño de primaria, cuando se hizo famosa una canción que ponían a sonar mucho en la radio sobre todo en los días en que se les rendía homenaje a las madres…
“-Cuando no estoy en mi tierra,
-vivo como el lancolía,
-Pero hay veces que en la lejanía
-es donde los hombres se superan….”
La cabeza me daba vueltas, le pregunté a los mayores, quienes consultaron en el diccionario en busca de una respuesta, sin tener resultado alguno, le preguntamos a los profesores de lenguaje y nada; pero como era costumbre cantarle al cóndor de los Andes, a la paloma guarumera, a la pava congona, al turpial de la montaña, al pájaro picón picón, me satisfice pensando que “El Lancolía” podía ser un pájaro de esos y punto…
Más sin embargo, a medida que mi vocabulario se fue enriqueciendo, descubrí que Poncho Zuleta, el autor de aquella canción quiso decir “vivo con melancolía”; en mi interior sentí una profunda pena por ese compositor y me lo imaginaba insultando al pobre Enrique Díaz, pero más adelante supe que éste último era un campesino analfabeta de María La Baja – Bolívar, un hombre de gran talento, con tremenda capacidad para memorizar lo que le transmitían y con mucha personalidad, a tal punto, que se atrevía a recorrer el país llevando mensajes con mucha modestia y sencillez, sin averiguar por internet el significado de esta o aquella palabra… no era necesario, ya dije que el público era poco exigente, y pensándolo bien ¿qué le podíamos exigir a un artista aficionado que lo único que le interesaba era alegrarle el alma una gente que trabajaba materialmente para producir el sustento del resto de los Colombianos?... creo que tanto Poncho Zuleta como yo y el resto del país debemos perdonar, y no solo eso sino exaltar la labor de aquellos artistas que a la larga colocaron los cimientos para que la música Colombiana hoy se encuentre en el lugar en que se encuentra.
Ahora… ¿si será perdonable que un artista actual de esos que ganan millones de dólares porque pertenecen no se sabe a qué rosca o porque su talento en realidad es considerable, sea movilizado desde el antiguo continente hasta nuestra patria a interpretar el himno nacional que lo escuchamos hasta dos veces al día, y en un evento con trascendencia mundial como fue la sexta cumbre de las Américas, no se lo sepa?... Los niños de ahora, seguramente se preguntarán -¿Quién será ese señor Ublime al que hay que liberar?... Para una próxima ocasión ojalá y no contraten sino que inviten a un coro de una escuela pública de primaria y por mi madre si no lo hacen mejor.
¡DEMOSLE OPORTUNIDADES A TODOS!... ASÍ SI SE CONSTRUYE VERDADERA DEMOCRACIA...
ROBERTO BONFANTE MORA
CC: 6878288, Colombia |
